martes, 20 de mayo de 2014

Compro oro Cartagena. ¡¡Que no te estafen, ni te chuleen !!

  

   

 
 La semana pasada realice un pequeño periplo para poder vender dos piezas de oro que estaban en perfecto estado, lo que pensaba que iba a ser algo rápido y sencillo, pronto descubrí que en el tema de la tasación del oro si bien he leído que es legal darle la tasación que se quiera pienso que es completamente inmoral. Al final solo he utilizado una tarde y una mañana en vender las piezas, debido a que la persona a quien se las vendía necesitaba el dinero con relativa urgencia.  

Hay dos motivos por los que he decidido publicar este texto de carácter informativo:

El primero y supongo que el mas importante para la mayoría es la gran diferencia de precio que me han dado en los distintos establecimientos.

El segundo y este es muy importante para mi, es como he podido comprobar la mala educación y muchas veces la falta de respeto que algunos de estos dependientes tienen, si bien es verdad que he encontrado personas encantadoras.

Las piezas que he vendido son un cordón y una pulsera, el peso de ambas es de  36,7 gramos  oro 18 kilates  la tasación mas baja que me han dado ha sido en un stand dentro de un centro comercial por la zona de San Javier 330 euros el precio final de venta ha sido 730 euros en un comercio de compro oro en Reina Victoria Cartagena, la diferencia me parece brutal, pero no fue sencillo llegar hasta este precio.

La primera tasación la realicé en un establecimiento cerca de Reina Victoria en él un empleado bastante amable me ofreció 550 euros por las piezas por separado y hasta 600 si las vendía juntas además me aconsejó que no las llevara en la mano. Mi siguiente parada fue en una franquicia que se llama cash.. algo mas, aquí la dependienta sin pedirme ningún permiso se llevo las piezas de mi vista y eso es un gran error, no paso nada pero no dejéis que se  lleven las piezas ni que os las rayen sin vuestro permiso(tasación y simpatía inferior)

Luego visite algunos locales del centro de Cartagena donde descubrí la gran diferencia que hay de precios y comencé a notar como algunos comerciantes sobretodo de joyerías me las tasaban como si me hicieran un favor lo cual no tengo muy claro viendo el dinero que ofrecían, mas bien creo que el favor se lo hubiera realizado yo si les hubiera vendido las piezas por un valor bastante inferior al que pude sacarles. Hay que resaltar la amabilidad de un pequeño comercio frente a lo que era Balibrea  y su buena tasación. Al final de la tarde por consejo de un chaval que trabajaba en un estanco terminé en un compro oro que hay frente a los juzgados en Ángel Bruna donde además de mejorarme la tasación mayor la chica fue muy amable. ¡¡Ya estaba en 690!!

 

Como la diferencia en una misma tarde había sido tan grande decidí parar y buscar por Internet. La búsqueda para la zona de Cartagena no fue muy productiva pero si encontré un par de sitios que me ofrecían mandar el oro por correo, de lo cuál no me fié, pero me sirvió para darle una nueva tasación y pensé que si através de Internet me ofrecían más dinero era cuestión de pedir esa cantidad.     

   

El siguiente día salí con una cantidad en la cabeza y sobretodo escrita en la libreta que me había acompañado la tarde anterior donde anotaba peso, tasación y establecimiento.

Mi primera parada fue en La Unión donde un joyero con cartel de compro oro me las tasó de mala gana y de peor precio, de ahí me dirigí a un comercio de compro oro de la calle mayor como ya me habían pesado y rascado varias veces las piezas y ante la vista de un cartel que ponía que la tasación costaba 5 euros (lo cual no se si es legal) le pregunte a la dependienta que a cuanto pagaba el gramo de 18 kilates, a lo que se negó a responder en rotundo alegando que tenia que comprobar las piezas, yo insistí diciéndole que si me parecía un buen precio hacíamos la operación pero aquí ya comenzó a ponerse algo mas antipática diciendo que si las piezas podían ser robadas etc., ante mi asombro le expliqué que ya las había tasado varias veces y que simplemente quería saber a cuanto estaba esa mañana el gramo de oro que sabia cuanto pesaban las piezas y que no necesitaba tasarlas, en ese momento la mala educación de la dependienta salio en todo lo suyo dándome a entender que eso era imposible hacerlo que el precio del oro dependía de unos factores extraños ante lo que mi perplejidad iba en aumento, intente razonar y explicarle que no entendía que para darme un precio me cobrara, que por esa razón solo quería saber a cuanto pagaba el gramo y ya yo lo calculaba, a lo cual le coloque el ejemplo de que sería absurdo que se las diera a tasar para que me ofreciera diez euros por gramo siendo su precio bastante mayor, la mala educación fue en aumento acompañada por mentiras como que el precio del oro en ese momento era muy inferior al que todos los demás ofrecían. Decidí irme y la chica me despidió diciéndome con malas maneras algo.

Continué mi viaje hacia una joyería de  La Palma, aquí la dependienta me ofreció 550 euros y ante mi cara de sorpresa me pregunto que si me habían ofrecido mas, yo cometí el fallo de decirle el ultimo precio que me habían dado en Cartagena 690, entonces me dijo que se lo iba a decir a su jefa, en lo que yo insistí que no, por ser la diferencia grande, pero la chica muy simpática insistió más, después de irse la jefa con ella y dos empleados a la parte de atrás con las piezas, sin pedirme permiso a los cinco minutos volvió la jefa a la zona del mostrador diciendo la frase: Ay que angustia a lo que yo respondí: ¿Disculpe? y ella me dijo: Sí, sí que te doy lo que te han ofrecido. Entonces le sonreí y le dije que ni mucho menos, que para igualarme el precio prefería venderlas en Cartagena, cogí las piezas del sobre donde ya las habían metido y me fui. De esta joyería salí con el convencimiento de no bajar de los 730, si eran capaces de subir 140 euros podían llegar a lo que me ofrecían por Internet.

 

Ya solo visité tres comercios mas, siempre dije que los 730 me los habían ofrecido en un comercio de Cartagena, en uno en San Pedro del Pinatar llegaron a ofrecerme 700, en el del centro comercial de San Javier intentaron igualar la oferta pero no lo consiguieron (este fue donde las tasaron en 330) y por fin en Cartagena en Reina Victoria una chica la mar de simpática me pago lo que pedía.

Sé que podría haber sacado algo más por las piezas si me hubieran dado más tiempo. Así que os aconsejo que no tengáis mucha prisa cuando vayáis a vender vuestro oro y sobre todo que no os chuleen, ni económicamente ni mucho menos moralmente.

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